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Mostrando las entradas de agosto 10, 2014

Educar sin anteojeras

Tuve por colega un maestro de química que además de competente en su quehacer era excelente lector y me ayudó mucho en mi tarea como docente de Lengua Materna porque conversaba con los estudiantes sobre sus libros y autores favoritos y, lo más importante, sobre sus experiencias de lectura. A él le escuché decir alguna vez, cuando conversábamos sobre la trivialidad de los hábitos lectores de nuestros estudiantes, que “lo malo” no era que leyeran a Paulo Coelho, el afamado escritor de obras de autoestima, sino que solo lo leyeran a él. Tenía razón el buen maestro. Nuestro instinto adulto, y mucho más el docente, que es en buena medida inquisidor, siempre quiere determinar lo que “deberían” los niños y jóvenes, a la manera en que los domadores y jinetes someten la visión de los caballos con anteojeras para que solo puedan ver hacia donde “deberían”. En materia de literatura, por ejemplo, consideramos que deberían leer “la buena”, la que ha ganado premios, la clásica, o la que a no