Emociones que favorecen el aprendizaje
Un estudiante aprende mejor cuando se encuentra dispuesto emocionalmente. No es una invención mía. Lo han afirmado muchos expertos y lo han descubierto intuitivamente innumerables maestros. El concepto de filtro afectivo ayuda mucho a comprender esta situación. Las personas seleccionamos lo que aprenderemos según tengamos motivaciones para hacerlo o no. Según esta proposición, emociones como la alegría, la sorpresa, el orgullo, la satisfacción, la gratitud, el asombro, la ilusión y el amor disponen a la gente para aprender. Por el contrario, la tristeza, el odio, la rabia, el miedo, el tedio, el arrepentimiento, la inseguridad, la decepción y la vergüenza, están en la lista de las emociones con alto potencial para bloquear el aprendizaje. En estos párrafos, a las primeras las llamaré emociones favorables y a las segundas desfavorables (con todo el problema que implican tales denominaciones). La antítesis de la proposición presentada está obviamente en los aprendizajes que la