La creatividad en la cultura escolar

¿La creatividad tiene buen prestigio? En general, podría decirse que sí. A pesar de las persecuciones y el rechazo que, por contradecir paradigmas y culturas hegemónicos, han sufrido en diferentes épocas y ámbitos las personas creativas. También a pesar de que ha sido usada muchas veces para destruir.

Se han empleado denominaciones diferentes a creatividad para referirse a conceptos muy similares: pensamiento creativo, razonamiento divergente y pensamiento lateral. En este artículo hago referencia a la denominación más general: creatividad, en todos los niveles y ámbitos.

Si reconocemos que a la creatividad le debemos las comodidades de nuestra forma de vida actual, incluidas pequeñeces como el retrete y el tornillo, hay que aceptar la importancia de que la escuela sea un lugar que comprenda y estimule la creatividad.

Si bien se trata de una cualidad natural de la especie humana, y por lo tanto ínsita en todos nosotros, no a todo el mundo, ni a cualquier persona, se le atribuye el calificativo de creativa o creativo. 

Howard Gardner propone creatividad con minúscula y Creatividad con mayúscula [1]. Puede parecer despectiva esta distinción. Aun así, deja un mensaje muy claro y razonable: Si bien todos somos algo creativos nuestra creatividad alcanza diferentes niveles.

Algunas personas usan la creatividad esporádicamente en su vida cotidiana. Otras hacen parte de las creativas, ellas son quienes adquieren ciertos rasgos de carácter: autonomía, persistencia, tenacidad, fe, criticidad e inconformidad, entre otros.

Además de niveles de creatividad existen ámbitos de creatividad. Gardner afirma que no es común que alguien creativo en un ámbito tenga el mismo nivel de creatividad en otro [1]. Por ejemplo, según esta premisa habría pocas posibilidades de que funcione bien un intercambio de roles entre una ingeniera de sistemas que desarrolla software y una pintora de tendencia primitivista.

La valoración social y organizacional de la creatividad no es unánime. Habrá situaciones en las cuales se prefiera a personas que dominen a la perfección los procedimientos convencionales. El mismo Gardner lo reconoce al referirse a los expertos. Sugiere que en el quirófano es preferible estar en manos de un cirujano experto que de uno creativo [1].

La valoración de la creatividad también depende de las creencias y la cultura de las instituciones, y de quienes las dirigen. En alguna ocasión escuché a alguien decir: «Aquí los que piensan ya están completos». Con esta frase expresaba la decepción que le causaba trabajar en una institución que no le permitía crear, solo le pedía obedecer, seguir el guion, hacer las cosas como se venían haciendo, o como los superiores mandaban.

Edward De Bono resaltó esta situación cuando afirmó en 1994 que todavía muchas empresas consideraban «la creatividad como algo superfluo o costoso»; y que el éxito de las organizaciones dependería pronto de su transición a una mentalidad que valorara y estimulara la creatividad [2]. Gardner coincidió en el 2008, al escribir: “Hoy en día, pocos lugares de trabajo merecedores de ese nombre podrían ser considerados centros de creatividad” [1].

Algunos consideran la creatividad una molestia. Podría decirse que tienen razón, porque los creativos cuestionan, proponen y desequilibran. Pese a las resistencias, sabemos que hoy día requerimos alternativas novedosas para generar y aprovechar energías limpias, para manejar enormes cantidades de datos con ética y seguridad, para convivir pacíficamente en un marco de diversidad, para utilizar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación sin deteriorar la comunicación y las relaciones humanas, para preservar los ecosistemas y disminuir la inequidad social, entre otros problemas y necesidades. Aunque haya quienes no deseen aceptarlo, el mundo necesita a los creativos.

Por supuesto, también se hacen necesarias formas novedosas y pertinentes de enseñar y aprender porque no existen estrategias didácticas universales, que funcionen en todo momento y lugar. Por fortuna, nos hemos desprendido del paradigma de que hay unas personas inteligentes y otras imbéciles. Ahora creemos que hay diversas inteligencias que todos podemos desarrollar, solo que cada uno las desarrolla en diversa medida y a su ritmo.

De Bono plantea algunas estrategias que podrían favorecer la creatividad, como la popular técnica de los seis sombreros para pensar. Gardner recomienda: «Los educadores deben ilustrar los diversos modos en que se puede resolver de forma adecuada un problema matemático concreto o en que se puede interpretar un texto literario. Tienen que facilitar las visitas al aula de inversores y artistas carismáticos que han encontrado su propio camino y han alcanzado el éxito. Deben alentar a los jóvenes a participar en juegos de otras culturas o a inventar otros nuevos en el patio escolar o en la pantalla del ordenador» [1].

Las alternativas didácticas para propiciar la creatividad son infinitas. Ya existen numerosas propuestas en todo el mundo. Conozco personalmente valiosos esfuerzos y logros de maestros e instituciones para propiciar la creatividad de sus estudiantes. Sin embargo, la tarea no está concluida ¿Acaso alguna tarea educativa se concluye definitivamente?

A mi parecer, estos avances requieren el respaldo de la cultura escolar para extender su duración y cobertura. Ken Robinson planteó el enorme peligro de que estemos educando a la gente para que anule sus capacidades creativas; en especial por miedo a equivocarse, porque el error es duramente castigado en muchas escuelas, y para crear se necesita vencer el miedo a la equivocación y el fracaso [4].

La cultura escolar, como sistema de significados que construye y transmite una comunidad educativa, y que determina el pensamiento y el comportamiento de sus miembros [3], con seguridad afectará cualquier iniciativa pedagógica.

Estoy convencido de que a las instituciones educativas les conviene integrar a su cultura escolar una alta valoración de la creatividad y un reconocimiento para las personas creativas; quienes, por supuesto, no solo trabajan individualmente sino que lo hacen en equipos. Son innumerables los beneficios que pueden obtener las instituciones que creen en la creatividad, la apoyan, la viven, la admiran y la premian. Y no me refiero a realizar eventos ocasionales. No solo consiste en el concurso de cuento o de pintura, en la izada de bandera y el día del idioma, en las clases de artística. Se trata de valorar la creatividad permanentemente, como parte de la cultura escolar. 

Hay que adoptar hábitos y prácticas estimulantes para las personas creativas. Hay que aceptar que existen muchas preguntas y respuestas pendientes. Hay que reconocer, sin vergüenza alguna, que los profesores no las conocemos todas. Hay que creer de verdad en el potencial que cada estudiante tiene dentro de sí mismo. Hay que apreciar los saberes populares, la intuición y la espontaneidad. Hay que generar el clima necesario para que en las aulas germinen  estrategias didácticas que propicien la creatividad; así como ideas, obras y proyectos innovadores de los estudiantes.

Aunque la creatividad no es el ingrediente exclusivo y mágico para vivir y convivir bien. Seguimos necesitando personas creativas, con la pasión y las capacidades necesarias, para realizar obras que nos emocionen y nos hagan reflexionar, para resolver los problemas presentes y futuros de la humanidad, para acercarnos a los ideales de igualdad, paz, sostenibilidad y solidaridad.


_____________________________

[1] Gardner, H. (2008). Las cinco mentes del futuro. Paidós.
[2] De Bono, E. (1994). El pensamiento creativo. El poder del pensamiento lateral para la creación de nuevas ideas. Paidós. EPUB (resumen).
[3] Elías, M. (2015). La cultura escolar: Aproximación a un concepto complejo. Educare, 19 (2), pp. 285-301.
[4] Robinson, Ken (2007). Las escuelas matan la creatividad. Charla TED [en línea]. https://youtu.be/iG9CE55wbtY

Comentarios

  1. Excelente profesor Barragán
    Como todos sus escritos
    Totalmente de acuerdo
    Creatividad vs Curiosidad (arriesguemonos a ser creativos)

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  2. Rosaimeldamoreno@gmail.comjunio 25, 2022 12:58 p.m.

    Felicitaciones prof Barragan
    Nuestro gran reto
    Ser creativos
    Fomentar y orientar con creatividad

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  3. Excelente reflexión. Estoy de acuerdo con esas ideas. Valdría la pena que diera a conocer este tema en la formación de nuevos. Docentes y para los recién nombrados, sería un aporte educativo para las prácticas pedagógicas

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  4. Excelente Profe.¡Felicitaciones!
    Nos invita a pensar en nuestra labor y el Cómo podemos contribuir a desarrollar la creatividad en los estudiantes?

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  5. ¿Acaso alguna tarea educativa se concluye definitivamente? Esta pregunta me dejó estupefacto...sentado. Saludo apreciado amigo.

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  6. Mi querido y estimado profesor Fabio Barragán, usted cómo siempre ayudando a mejorar la educación con sus reflexiones tan acertadas.

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  7. Estimado profesor, leí todo el texto, pero antes de referirme a él, quiero desearle muchos éxitos y bendiciones, y que el Dios del cielo le dé cada día abundante sabiduría, se le recuerda con gran aprecio. Usted siempre ese escritor que nos motiva, y sí, sin duda alguna la creatividad debe hacer parte de cualquier proceso educativo y de nuestras propias vidas, las personas creativas obtienen grandes logros y usted tiene la fortuna que es una de ellas.

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